Ahora que la India se está urbanizando con tanta rapidez, cada vez más personas abandonan las zonas rurales para trabajar en la construcción y vivir con sus hijos en las ciudades, que están en constante expansión. En este artículo se expone la labor de Mobile Crèches, una organización con sede en Nueva Delhi que está ampliando la prestación de servicios de enseñanza y cuidado diario de la primera infancia destinados a estos emigrantes. Para ello, ha establecido una colaboración a tres bandas con el f in de lograr que las empresas de la construcción colaboren con estos servicios y de formar a las ONG para que se ocupen de ellos.
En 1969, cuando nació Mobile Crèches, muy poca gente sabía lo que ocurría con los niños pequeños que emigraban a la ciudad con sus padres, trabajadores del sector de la construcción. Ni siquiera los fundadores de la organización lo tenían claro. Observábamos que estos niños, además de vivir en condiciones peligrosas e insalubres, carecían de los elementos fundamentales para cualquier niño: cuidados, alimentación, protección y oportunidades de desarrollo. Con la ayuda de expertos en pediatría, pedagogía y otras disciplinas pertinentes, poco a poco descubrimos cómo abordar estos problemas.
En la década de los ochenta ya habíamos creado un modelo de guarderías móviles que implantábamos en los lugares de trabajo que lo aceptaban. Se trataba de un programa global que abarcaba diversos ámbitos: salud, alimentación, aprendizaje, cuidados y protección. Con el paso de los años, adquirimos experiencia no solo en cuanto a la gestión de guarderías y todas las facetas de este negocio, sino también en la relación con el sector de la construcción. Empezamos a comprender que, si queríamos lograr cambios macroscópicos, teníamos que intervenir en lo referente a las leyes y políticas. Detectamos una serie de lagunas jurídicas: a las condiciones de explotación en el trabajo se sumaba el problema de la ausencia de portabilidad de la identidad, y en la ciudad desaparecían las tradicionales redes de ayuda existentes en sus comunidades de origen. En consecuencia, los niños se veían privados de los servicios básicos (asistencia sanitaria, cuidados diarios y enseñanza escolar) que habrían disfrutado en su lugar de origen.

Photo: Mobile Crèches
En 1996 el gobierno de la India aprobó una ley que regulaba el trabajo de la construcción y, entre otras cosas, imponía un gravamen del 1–2% de la facturación del proyecto que se destinaría a financiar iniciativas concretas para los trabajadores y sus hijos. Sin embargo, que se apruebe una ley no significa necesariamente que se aplique. Durante años, mientras seguíamos presionando al gobierno para que garantizase el cumplimiento real de la ley, trabajábamos con las empresas de la construcción para que asumieran parte de la gestión de las guarderías.
Logramos ciertos avances con nuestra intervención. Con el paso del tiempo, ciertas empresas dieron pasos importantes: mejoraron las infraestructuras de las guarderías, empezaron a garantizar una serie de facilidades a los padres y madres que trabajan (como pausas de lactancia) e incluso asumieron la responsabilidad de proporcionar alimentación complementaria. Aun así, Mobile Crèches tuvo que colaborar de forma activa y proporcionar una cantidad considerable de ayuda técnica. Pronto resultó evidente que la mayoría de las empresas preferían externalizar las actividades necesarias para cumplir la ley. Llegamos a la conclusión de que, para ampliar la escala de nuestra intervención con más eficacia, teníamos que cambiar de sistema.
Intervención tripartita
Con la ayuda de la iniciativa Saving Brains de Grand Challenges Canada, hemos adoptado un enfoque basado en una intervención tripartita. Así, Mobile Crèches desarrolla dos tipos de colaboración: por un lado, negocia con los promotores para que faciliten espacios, infraestructuras y financiación parcial con el fin de crear centros de cuidado infantil en los lugares de trabajo; por el otro, imparte formación a ONG dignas de confianza para que ejecuten el programa, y se ocupa de la supervisión, financiación y prestación de ayuda técnica. El objetivo es colaborar para que aumente tanto la demanda como la oferta de servicios para la primera infancia en las obras de construcción.

A la hora de negociar con los promotores, Mobile Crèches aprovecha sus 47 años de experiencia, que nos han permitido descubrir las mejores formas de entablar y mantener relaciones. Hemos llegado a la conclusión de que, para lograr un diálogo fluido con las empresas de la construcción, lo ideal es adoptar una actitud que no sea beligerante. Asimismo, les hacemos ver que cumplir con las responsabilidades legales resulta beneficioso para el negocio. Si los niños están en una guardería mientras sus padres trabajan, es menos probable que sufran accidentes en la obra y, para la empresa, reducir la cantidad de accidentes significa ahorrarse costosas reclamaciones de indemnización. Además, hemos observado que los trabajadores son más productivos si saben que sus hijos están bien cuidados durante el horario laboral.
En cuanto a la formación de las ONG, buscamos organizaciones fiables que mostraran un firme compromiso con los derechos de los niños pequeños y que en el futuro pudieran intervenir como defensoras de estos y como proveedoras de los servicios. Para seleccionar las más adecuadas, realizamos visitas sobre el terreno y llevamos a cabo un proceso de diligencia debida para analizar su capacidad financiera, jurídica e institucional. Creamos sistemas internos de financiación y supervisión para hacer posible la distribución de fondos.
Muchas de las ONG seleccionadas presentan lagunas en cuanto a sus capacidades organizativas y sus sistemas internos. En ciertos casos, lo que marca la diferencia es el compromiso por parte de los líderes, pues muy pocas han trabajado anteriormente en el ámbito de la infancia temprana. Se necesita tiempo para crear conexiones entre la infancia temprana y su campo de especialización (como la salud o la enseñanza escolar) y ampliar así su mandato original. Las reuniones trimestrales realizadas para detectar y resolver problemas han sido eficaces a la hora de construir una sensación de colaboración igualitaria.
Transferencia de procesos operativos
Con el fin de transferir nuestros procesos operativos (competencias, conocimientos y sistemas) a estas ONG, planificamos una estrategia para desarrollar sus capacidades. Durante los primeros seis meses, periodo de formación en el puesto de trabajo para los supervisores de guarderías, colaboramos de forma activa y realizamos un seguimiento intensivo. A continuación, realizamos sesiones de control mensuales y visitas de supervisión según las necesidades de la ONG: cada caso es diferente, pues las entidades más débiles exigen controles más frecuentes.

Hemos aprendido mucho desde que iniciamos el proceso, lo cual nos ha permitido perfeccionar el proceso de formación (expuesto en la tabla 1) modificando los módulos y los criterios de selección. Ha resultado especialmente difícil seleccionar a los candidatos de las comunidades locales para formarlos en el cuidado infantil, pues muchos abandonaban después de unos días de formación, cuando se daban cuenta de lo que implica atender las necesidades de menores de 3 años.
Hasta ahora, hemos formado a ocho ONG, que gestionan 22 centros de cuatro estados con 120 trabajadores en total. La calidad de los programas de cuidado infantil a cargo de las ONG se está evaluando mediante la Early Childhood Education Quality Assessment Scale (escala de evaluación de la calidad de la educación de la primera infancia), que abarca diversos ámbitos: infraestructuras, entorno físico, comidas, siestas, ayudas para el aprendizaje/ juego, organización y gestión del aula, cuidado personal, higiene y creación de hábitos, experiencias lingüísticas y de razonamiento, actividades de motricidad fina y gruesa, actividades creativas, actividades para el desarrollo social y disposición de los cuidadores infantiles.
Todos los centros gestionados por las ONG han obtenido una puntuación alta; según los observadores, la mayoría de las actividades eran apropiadas para la edad de los niños y se respetaba en gran medida la programación diaria que había facilitado Mobile Crèches. De todos modos, también se ha recabado información que resultará útil para el desarrollo futuro del programa. En particular, lo más destacado es que algunas empresas constructoras no están proporcionando infraestructuras que propicien las actividades al aire libre; que algunos supervisores de ONG no están haciendo lo suficiente para garantizar que haya momentos dedicados al descanso o al sueño, lo cual es importante para un desarrollo sano; y que se puede mejorar el modo de estimular a los niños para que desarrollen sus competencias y su capacidad de pensar.
Plan de desarrollo empresarial
Mobile Crèches se compromete a ir más allá de la creación de una serie de prácticas recomendadas a pequeña escala, por lo que ampliará el alcance de su intervención mediante la formación de relaciones, capacidades y plataformas. Uno de los indicadores de éxito a largo plazo será el grado en que las ONG que formamos, una vez estén capacitadas para gestionar las guarderías y negociar con el sector de la construcción, colaboren con nosotros en el futuro como defensoras ante las partes interesadas que necesitamos que nos apoyen para seguir ampliando la escala de la intervención: las empresas de la construcción, las instituciones financieras, los organismos normativos del sector como la Confederación de Asociaciones de Promotores Inmobiliarios de la India, las autoridades estatales responsables del desarrollo y el Ministerio de Trabajo, entre otros, para garantizar el cumplimiento y supervisar el uso de los fondos de previsión social.
A largo plazo, nuestro programa de formación de formadores tendrá un efecto en cadena a través de distintos proveedores de servicios. También mejoraremos las capacidades de las ONG en lo que se refiere a la negociación y la recaudación de fondos para que traten con nuevas empresas, de modo que sean capaces de iniciar, llevar a cabo, gestionar y financiar iniciativas en nuevas obras de construcción de forma independiente.
Fuera del sector de la construcción, este modelo se puede adoptar en otras situaciones de vulnerabilidad en que los trabajadores vivan agrupados en torno al lugar de trabajo y siempre que resulte fácil identificar al empleador, como en el caso de las minas, las plantaciones y las fábricas. Estos sectores cuentan con sus propias leyes laborales, que con frecuencia se incumplen, por lo que la experiencia con la construcción podría sentar un buen precedente. En las zonas rurales se podría implantar un modelo modificado que conste de guarderías comunitarias con apoyo gubernamental.
Se calcula que en la India hay aproximadamente 20 millones de niños menores de 6 años cuyos padres forman parte de la población activa extraoficial, es decir, trabajan por una paga diaria sin que el empleador ni el estado les proporcione acceso a servicios de seguridad social, sanidad, cuidado infantil o educación. Si no hacemos nada al respecto, estos niños se convertirán en trabajadores no cualificados, con lo que se perpetuará el círculo vicioso de la pobreza. Resolver esta situación no es solo una cuestión de derechos, sino de dejar de desperdiciar el capital social y los valiosos recursos humanos del país.
Se pueden encontrar referencias en la version en PDF del artículo.