A pesar de que las numerosas ventajas de la lactancia están demostradas desde hace años, durante las últimas dos décadas no ha aumentado de forma sustancial la cantidad de niños que se alimentan de este modo. En enero de 2016, la prestigiosa publicación médica The Lancet publicó el análisis sobre lactancia materna más completo realizado hasta la fecha, que revelaba que solo el 35,7% de los niños en todo el mundo se alimentan exclusivamente con leche materna durante sus primeros seis meses de vida.

La lactancia materna es uno de los pocos hábitos sanitarios positivos que no guardan relación con el nivel económico nacional: en los países de renta alta, menos del 20% de los niños maman durante 12 meses, y en los de renta media y baja también hay un amplio margen de mejora, pues solo un tercio de los niños de entre 6 meses y 2 años de edad toman el pecho. A partir de revisiones sistemáticas y metaanálisis de más de 1300 estudios realizados en todo el mundo, The Lancet concluye que los bajos índices de lactancia materna tienen las siguientes consecuencias:

  • pérdidas económicas por valor de 300.000 millones de dólares al año debidas a las menores capacidades cognitivas de los niños que no toman el pecho (la lactancia materna se asocia con un aumento de tres puntos en el cociente intelectual)
  • unas 820.000 muertes de niños al año
  • unas 20.000 muertes de madres por cáncer de mama, cuyo nivel de riesgo se reduce con la lactancia
  • casi la mitad de los casos de diarrea en los países de renta media y baja
  • un tercio de las infecciones respiratorias en los países de renta media y baja
  • miles de millones de dólares gastados en tratar enfermedades infantiles habituales que se pueden prevenir con la ayuda de la lactancia materna: por ejemplo, si en EE. UU. se alcanzara un índice de lactancia materna del 90%, se podría ahorrar 2450 millones de dólares en gastos sanitarios.

¿Por qué no hay más mujeres que opten por dar el pecho? The Lancet ha observado factores como los siguientes:

  • La baja por maternidad es insuficiente en numerosos países (por ejemplo, entre las madres que están de baja más de seis semanas, la probabilidad de continuar con la lactancia es cuatro veces mayor).
  • Los proveedores de servicios sanitarios no están suficientemente informados o capacitados para explicar con precisión las ventajas de la lactancia materna ni para ayudar a las madres lactantes.
  • Las familias y las comunidades no apoyan a las madres lactantes por culpa de tradiciones culturales y actitudes sociales negativas con respecto a la lactancia materna (este factor se puede combatir mediante campañas de información pública).
  • Se promueve de forma agresiva alternativas a la leche materna, como la leche artificial, con inversiones mucho mayores de las que se destinan al fomento de la lactancia materna (muchos países no han implantado el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna de la Organización Mundial de la Salud o lo han hecho solo de forma parcial).

“Fomentar la lactancia materna resulta ventajoso desde el punto de vista económico tanto para los países pobres como para los ricos, y este último estudio lo demuestra –asegura el Dr. Cesar G. Victora, profesor emérito de Epidemiología de la Universidad Federal de Pelotas (Brasil) y corresponsable de la serie de The Lancet sobre lactancia materna–. A pesar de que la lactancia materna constituye una intervención eficaz sin parangón, ventajosa tanto para las madres como para los niños, no se está avanzando en este ámbito tanto como nos gustaría y, en ciertos países, la evolución incluso es negativa. Esperamos que los datos científicos recopilados en esta serie contribuyan a combatir estas tendencias y a crear una sociedad más sana para todos: madres e hijos, pobres y ricos.”

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