A pesar de los tremendos desafíos para el desarrollo humano a los que se enfrenta Liberia, en los últimos años el país ha priorizado lo relacionado con la primera infancia de forma alentadora. En este artículo se describe cómo un determinado programa educativo para comunidades (ECDCEAP) ha llegado a tener un papel fundamental para concienciar a la ciudadanía y a distintos profesionales.

En la clasificación del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD del año 2015, Liberia ocupaba el puesto 177 de los 188 países analizados. La devastadora epidemia de ébola del año 2014, que dejó tras de sí 4809 muertos, debilitó considerablemente un sistema sanitario ya vulnerable y frenó el progreso en todos los ámbitos sociales. A pesar de todo, Liberia logró avances notables hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio: superó la meta de reducción de la mortalidad infantil y mejoró en gran medida la igualdad entre sexos. Aun con las dificultades que atraviesa el país, progresa de forma constante en la creación de un entorno positivo para los niños pequeños.

En Liberia se empezó a trabajar en la creación de un sistema para el desarrollo de la primera infancia en 2007/8. Tras una brutal guerra civil y regional, el gobierno se dio cuenta pronto de la importancia de invertir en los ciudadanos más jóvenes para reconstruir la sociedad y la economía. Se enfrentaban a dos grandes desafíos:

  1. la falta de concienciación general sobre las ventajas de invertir en los niños pequeños, y
  2. la falta de profesionales capacitados (¿cómo se construye un sistema sin el capital humano necesario?).

El plan del sector educativo para 2010/2020 comprometía al Ministerio de Educación a liderar acciones de coordinación holísticas e intersectoriales para el desarrollo de la primera infancia. La financiación que concedió la Alianza Mundial para la Educación en 2010 a Liberia contenía fondos en exclusiva para ampliar el acceso a la enseñanza preescolar mediante la construcción de aulas, su acondicionamiento y la creación de materiales educativos. En el año 2011, el ministerio fundó la Oficina de Educación de la Primera Infancia (BECE), una unidad especial cuyo objetivo es velar por los intereses de los niños pequeños. Ese mismo año, Liberia aprobó su política intersectorial nacional sobre desarrollo de la primera infancia y una nueva Ley de reforma educativa, que compromete al gobierno a ofrecer la enseñanza preescolar.

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Photo: Courtesy Yukhiko Amnon

Con el apoyo de expertos externos, el gobierno ha creado un marco para la primera infancia que tiene cuatro metas:

  1. Aumentar la concienciación de las comunidades sobre las intervenciones destinadas a la primera infancia.
  2. Formar a los proveedores, en especial a los maestros de preescolar, para que presten un servicio de calidad.
  3. Crear un programa de desarrollo profesional en las instituciones de formación de docentes.
  4. Capacitar a las instituciones de educación superior para ofrecer grados y realizar investigaciones sobre desarrollo infantil. Se ha generado material curricular exhaustivo y se ha formado a los maestros sobre cómo usarlo en el aula o el centro.

Sin embargo, el Early Childhood Development Community Education and Awareness Programme (ECDCEAP) (Programa de educación comunitaria y de concienciación sobre la primera infancia), iniciado en el año 2012, ha sido el factor más decisivo a la hora de ayudar a la BECE a generar demanda de servicios para la primera infancia y salvar la falta de formación.

Expansión de un programa comunitario

El ECDCEAP nació como programa para cuidadores y líderes de comunidades con el objetivo de aumentar su conocimiento del desarrollo infantil mediante diez talleres de dos horas en los que se compartían ideas sobre cómo estimular a los niños pequeños, crear un entorno seguro y protector para ellos y ayudarlos a crecer sanos y felices. Ahora se ha convertido en la base de la formación de todos los profesionales y paraprofesionales dedicados a la primera infancia tanto en el sector educativo como en el sanitario.

El ECDCEAP se utiliza en el comité intersectorial para el desarrollo de la primera infancia, que reúne a representantes clave de los ministerios de educación, salud y género, así como de organizaciones de desarrollo y de la sociedad civil que están más activas en programas relacionados con la primera infancia. En concreto, el ECDCEAP forma parte del paquete de formación utilizado para los siguientes profesionales.

  • Matronas y trabajadores sanitarios de la comunidad: el programa Big Belly Business, sobre la base del ECDCEAP, capacita a las matronas y los trabajadores sanitarios de las comunidades para que presten apoyo a embarazadas y mamás con recién nacidos.
  • Profesionales de la salud mental: los enfermeros reciben la formación del ECDCEAP antes de que se les asigne escuela o centro de salud.
  • Maestros de preescolar: el gobierno tiene previsto formar a los 25.000 maestros de preescolar con el ECDCEAP como primer paso para mejorar sus conocimientos sobre desarrollo infantil.
  • Legisladores y otros profesionales: gracias a la implantación de una versión simplificada del ECDCEAP para distintos profesionales, hay más gente que comprende las implicaciones del desarrollo infantil y su propio papel en este ámbito.
  • El personal de atención domiciliaria: el gobierno ha lanzado un programa piloto de visitas a domicilio para mejorar la alfabetización de los cuidadores y los niños de entre 3 y 5 años, y los trabajadores de dicho programa también se forman con el ECDCEAP.

A pesar de que el ECDCEAP aún no se ha evaluado de manera formal, la experiencia sugiere que resulta eficaz para mejorar la comprensión del desarrollo y el crecimiento infantiles y que influye en las normas culturales: en particular, los hombres se implican más en el embarazo y el parto de sus parejas y se ha reavivado la tradición africana de involucrar a una comunidad más amplia en la crianza de los niños. Según la BECE, cuando los progenitores, cuidadores y ciudadanos comprendan que ayudar a los niños pequeños vulnerables es un factor crítico para el desarrollo social y económico de Liberia, crecerá la demanda de servicios de calidad para la primera infancia.

Si bien el balance es positivo, todavía queda mucho por hacer. El Ministerio de Educación afronta numerosas dificultades para cumplir con sus compromisos sobre desarrollo de la primera infancia, en gran parte por lo impredecible que resulta la financiación, ya que Liberia adolece de unas limitaciones fiscales considerables y sigue dependiendo en gran medida de los donantes. Por ejemplo, el 58% del gasto en sanidad proviene de fuera. A pesar de los progresos, las decisiones sobre dónde invertir los escasos recursos existentes siguen sin priorizar lo suficiente el desarrollo integral de la primera infancia. Esperamos que la llegada de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen varias metas relacionadas con los niños pequeños, supongan el revulsivo necesario para transformar las vidas de los niños pequeños de Liberia.

resumen

Fuentes: UNICEF (Internet), *OMS/AFRO (2006), **Banco Mundial (2012)


Se pueden encontrar referencias en la version en PDF del artículo.

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