Un buen comienzo
En la primera infancia se sientan las bases de las sociedades inclusivas.
Trabajamos en todo el mundo para mejorar el bienestar de los bebés, las niñas y niños pequeños y quienes los cuidan. Proporcionamos financiación y conocimientos para ayudar a las figuras de liderazgo a desarrollar y ampliar políticas y servicios eficaces centrados en el período que va desde la gestación hasta los 5 años de edad.
La primera fase de la vida (desde antes de nacer hasta que se cumplen los 5 años) brinda una oportunidad de transformación inigualable. Durante la primera infancia, el cerebro se desarrolla con gran rapidez, y un pequeño cambio a esta tierna edad puede tener efectos permanentes que contribuirán a crear sociedades más inclusivas.
El papel crucial de las familias y las personas cuidadoras
Las niñas y niños pequeños necesitan amor y cuidados, además de disfrutar de la posibilidad de jugar y tener acceso a servicios sanitarios adecuados, nutrición y protección frente a cualquier daño. Las primeras experiencias y el desarrollo temprano de los niños y las niñas dependen de las personas que los cuidan. Ayudamos a las familias y a quienes cuidan de ellas para que puedan dar a los más pequeños un cuidado cariñoso y sensible que garantice su buena salud, capacidad de aprendizaje y resiliencia durante el resto de su vida.
Necesidad de un entorno que apoye a las familias
Los padres y las madres no están solos durante la crianza: las instituciones gubernamentales, las empresas, la sociedad civil y las entidades filantrópicas desempeñan un papel importante de apoyo a las familias. Colaboramos con líderes de distintos ámbitos de la sociedad para ampliar la escala de políticas y servicios que permitan crear sistemas de apoyo inclusivos en los países donde centramos nuestros esfuerzos y en todo el mundo.
Tenemos claro que todas las capas de la sociedad pueden aportar algo para mejorar las vidas de las niñas y niños pequeños y de quienes los cuidan. Con el programa Urban95, reunimos a representantes de la sociedad civil y de las autoridades municipales con urbanistas e ingenieros para crear ciudades más adecuadas para la primera infancia y para las familias.
Si viera la ciudad desde una altura de 95 cm (la estatura de un niño de 3 años), ¿qué cambiaría?