Cuba se ha comprometido firmemente con el desarrollo de la primera infancia (ECD) holístico y ha creado un sistema nacional que ha servido como fuente de inspiración para otros países de la región y que presenta interesantes ejemplos de buenas prácticas en el diseño y la implantación a gran escala de servicios de ECD integrados y rentables. En El desarrollo en la primera infancia en Cuba, una publicación reciente de UNICEF Cuba y la oficina regional de UNICEF para América Latina y el Caribe (2016), se documentan las estrategias de implantación y los resultados más destacados del sistema cubano de ECD, con especial hincapié en cuatro elementos clave:

  1. La familia es el pilar del sistema cubano. Cuba hace todo lo posible para que las familias dispongan de competencias y conocimientos que les permitan crear entornos domésticos idóneos para estimular, cuidar y proteger a los niños. En los centros de cuidado diario, se organizan actividades en grupo para familias una vez al mes, mientras que los médicos de cabecera proporcionan información sobre
    la correcta alimentación y la prevención de accidentes domésticos. Se considera que las familias forman parte de las comunidades, las cuales son corresponsables de los niños junto con los proveedores de servicios estatales.
  2. Los servicios de ECD se prestan de forma coordinada e integrada. Por ejemplo, el programa comunitario Educa a tu Hijo corre a cargo de grupos coordinados con representantes de organizaciones comunitarias y de varios sectores, como la enseñanza, la sanidad, la cultura y el deporte. Se trata de una forma no institucional de educar a los niños pequeños, consistente en preparar a las familias para estimular su desarrollo mediante actividades practicadas en casa.
  3. La prevención y detección temprana de riesgos son factores clave. El modelo cubano de ECD se ha concebido para prever y remediar posibles amenazas antes de que pongan en peligro el desarrollo infantil. Por ejemplo, el cuidado infantil es una prioridad: el crecimiento y desarrollo de los niños se supervisan periódicamente, teniendo en cuenta el bienestar social y factores extrasanitarios, como las condiciones de vida o el empleo de los padres. Cuando empieza el curso escolar, el sector de la enseñanza establece cuáles son las familias con necesidades especiales (por ejemplo, las que tienen salarios bajos o antecedentes de alcoholismo), para supervisar y prevenir cualquier tipo de impacto negativo en el desarrollo de los niños.
  4. El sistema cubano tiene muy en cuenta la diversidad: en este país todos los niños tienen acceso a los servicios de ECD, y se presta especial atención a los más vulnerables. El programa Educa a tu Hijo ofrece actividades adaptadas para los niños discapacitados u hospitalizados. Además, también se implanta en el sistema carcelario: se organizan actividades en grupo cuando los niños visitan a sus padres presos en compañía de un familiar, lo cual ha tenido efectos muy importantes en los condenados y ha fortalecido las relaciones entre estos y sus hijos pequeños.

Con el sistema integrado de Cuba, se han obtenido resultados considerables para la infancia: todos los niños pequeños tienen acceso a una enseñanza temprana de calidad, ya sea institucional o comunitaria; se han registrado importantes logros en cuanto al desarrollo infantil; se garantiza una cobertura sanitaria universal para las madres y los niños; y se han creado entornos protectores tanto a escala familiar como comunitaria.


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