En mayo de 2016, se celebró en Bucarest una conferencia internacional de un día titulada “Colaboración entre entidades públicas y privadas por la primera infancia: una ocasión para mejorar la competitividad de Rumanía”, que reunió a más de 120 líderes del mundo empresarial, funcionarios del gobierno, representantes de los medios de comunicación y contrapartes internacionales. La gran afluencia de empresarios rumanos demuestra que gana fuerza la idea de que invertir en la primera infancia sale rentable: cada vez está más claro que lo que se invierte ahora en los niños pequeños influye en la calidad de los trabajadores de hoy y de mañana, así como en la clientela del futuro. Invertir en la primera infancia significa invertir en la futura competitividad de Rumanía.

La conferencia forma parte de un programa iniciado unos meses antes, a principios de 2016, con el objetivo de encontrar y reunir a defensores de la primera infancia entre los representantes del mundo empresarial rumano. La iniciativa surgió del Centro de Enseñanza y Desarrollo Profesional (CEDP) Step by Step, que fomenta el respeto de los principios democráticos en la educación y la protección de los niños rumanos, en colaboración con la International Step by Step Association, una plataforma centrada en la primera infancia y formada por miembros de más de 40 estados asiáticos y europeos. Con la ayuda económica de OSF-ECP (el programa por la primera infancia de Open Society Foundations), trabajamos con consultores expertos de ReadyNation, entidad que durante años ha logrado que una serie de líderes empresariales de EE. UU. defiendan programas destinados a la primera infancia e inviertan en ellos.

Las conversaciones con ReadyNation nos ayudaron a descubrir cómo implicar a los líderes empresariales: haciendo hincapié en que invertir en la primera infancia sirve para mejorar la competitividad del país y la coyuntura empresarial del futuro. Ahora que las tecnologías de la “cuarta revolución industrial” están cambiando numerosos entornos laborales a una velocidad cada vez mayor, los empresarios buscan empleados con competencias de base como la creatividad, la flexibilidad cognitiva, la comprensión lectora, la alfabetización tecnológica, la inteligencia emocional, la capacidad de negociación y toma de decisiones, el pensamiento crítico, la escucha activa, la resolución de problemas complejos y el análisis de datos (Foro Económico Mundial, 2016).

Fue apasionante tratar con gente del mundo de los negocios. Descubrimos que, en este contexto, entablar contacto con una sola persona bien posicionada a la que le entusiasme el proyecto puede abrir la puerta a otros contactos dentro del sector. En nuestro caso, la figura clave fue Radu Enache, ex director nacional de Hewlett Packard, que entendió al instante la importancia del asunto y se sumó a la iniciativa como voluntario.

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Photo: Courtesy Paul Buciuta

En la conferencia, los expertos internacionales en economía y desarrollo infantil insistieron en la importancia de las inversiones tempranas. Los representantes de la comunidad empresarial y de los medios de comunicación hablaron sobre la influencia de las inversiones tempranas en la vida del niño y comentaron las ventajas económicas que se obtendrían si se mejorase la calidad de la enseñanza y la atención a la primera infancia en Rumanía. Los resultados de la conferencia fueron inmediatos: varios líderes empresariales expresaron su interés por sumarse a la iniciativa; y Gabriel Biris, que entonces era secretario de Estado en el Ministerio de Economía, propuso nuevas medidas para ayudar a las empresas a ofrecer mejores servicios a sus empleados con hijos pequeños.

Un impulso necesario a la primera infancia

En Rumanía, la primera infancia nunca ha constituido una cuestión prioritaria en la agenda política pública. En 1990, al final del régimen comunista, en el país había unos mil programas diferentes de servicios para menores de tres años. Llegado 2016, la cifra se había reducido hasta rondar los 300 y los beneficiarios se concentraban sobre todo en las ciudades. A escala nacional, es muy bajo el porcentaje de niños de esta franja de edad inscritos en centros de enseñanza temprana o que utilicen servicios de atención.

En 2011 llegó una novedad prometedora, cuando se aprobó una ley que especificaba por primera vez que “la educación empieza en el momento del nacimiento” (Ley n.º 1/2011). Sin embargo, los únicos que se mostraron dispuestos a llevar esta legislación a la práctica con cambios concretos fueron los profesionales del campo de la primera infancia, que tienen muy poca influencia en el ámbito político. En los últimos años ha aumentado la tasa de escolarización en la enseñanza preescolar, pero se ha hablado muy poco de la calidad de estos servicios, que es lo que en realidad marca la diferencia, sobre todo para los niños de grupos vulnerables.

En Rumanía preocupan mucho los resultados educativos de los niños de mayor edad. Por ejemplo, se ha registrado un 42% de analfabetos funcionales entre los niños de 15 años del país (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, 2015) y en 2010 la tasa de abandono escolar llegaba al 18,4% (Ministerul Educa iei Na ionale, 2014), con cifras bastante más altas en las zonas rurales que en las urbanas. No obstante, en el debate público se suele pasar por alto el vínculo entre estos datos preocupantes y la falta de servicios de calidad para los niños pequeños y sus familias.

¿El interés de la comunidad empresarial conseguirá que también la opinión pública y los responsables de las políticas presten atención a la necesidad de invertir más en los servicios destinados a la primera infancia? Los primeros indicios son alentadores. Tras un año de contactos con la comunidad empresarial, el CEDP cuenta con el apoyo activo de más de 20 personas destacadas, que han compartido la información con cientos de líderes empresariales más. Estamos estudiando posibilidades de colaboración con organizaciones empresariales como la Am Cham, la Asociación Rumana de Líderes Empresariales y la Asociación Rumana de Banqueros.

De todas formas, queda mucho por hacer. Se necesita tiempo para organizar reuniones, planificar actividades de defensa y ayudar a los medios de comunicación a explicar el modo en que la inversión en la primera infancia influye en las competencias de los futuros trabajadores y en la competitividad de la economía nacional venidera. Seguimos trabajando para aumentar la concienciación sobre este asunto y para que los empresarios que ya apoyan la causa logren atraer a más simpatizantes de su entorno.


Se pueden consultar referencias en la versión en PDF del artículo.

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