En una publicación reciente de The Lancet, se confirmaba la triste verdad de que los conflictos suponen para los niños una carga física y psicológica desproporcionada. La guerra y la violencia no solo constituyen un peligro físico inmediato para los más pequeños, sino que también pueden provocar graves problemas emocionales que siguen atormentándolos durante mucho tiempo una vez concluido el conflicto. La semana pasada, la organización benéfica Theirworld lo dejó claro con un importante informe titulado Safe Spaces: The Urgent Need for Early Childhood Development in Emergencies and Disaster (Espacios seguros: el desarrollo de la primera infancia es una necesidad urgente en situaciones de emergencia y desastre).
Lea la última publicación del blog (en inglés) de la Fundación Bernard van Leer, en la que la asesora sénior Joan Lombardi comenta el informe Safe Spaces: The Urgent Need for Early Childhood Development in Emergencies and Disaster de Theirworld.