Entre las comunidades de inmigrantes vulnerables presentes en los Países Bajos, las tasas de complicaciones durante el embarazo y el parto, así como las de mortalidad infantil y materna, son superiores a la media. Centering Pregnancy ofrece un modelo de cuidado en grupo consistente en la celebración de reuniones periódicas en las que se encuentran hasta 15 eritreas refugiadas embarazadas, para recibir cuidados médicos y psicosociales, además de compartir experiencias y aprender las unas de las otras. La iniciativa continúa, bajo la denominación Centering Parenting, durante los primeros dos años posteriores al parto.
Fotografía: Cortesía de Caro Bonink
La matrona Anne Bedaux y la mediadora cultural Amy Welde Selase decidieron crear este programa para facilitar recursos y una red a las matronas residentes en Ámsterdam, que se encontraban con barreras lingüísticas y culturales difíciles de superar a la hora de prestar sus servicios a las refugiadas embarazadas recién llegadas a la ciudad.
“Nuestro objetivo es que todas las participantes sientan que pertenecen a una red segura y familiar, que las ayuda a construirse una vida con sus bebés en este país”, explica Anne Bedaux, formadora y supervisora de Centering Pregnancy
Un ejemplo de la necesidad de adoptar un enfoque sensible a las diferencias culturales es el hecho de que prácticamente todas las mujeres han oído que es bueno beber Suwa, una cerveza casera, durante el embarazo. En lugar de decirles que no la beban, Anne les hace preguntas como: «“¿Cómo se encuentran los hombres después de beber unos cuantos vasos de Suwa? ¿Es una bebida alcohólica?”. Dialogamos y, cuando después les pregunto si van a seguir bebiendo Suwa, todas dicen que no».
Otros temas de los que se habla son la contracepción, la violencia doméstica, la mutilación genital femenina, la costumbre eritrea de quitar la úvula a los bebés y el funcionamiento de la asistencia sanitaria en los Países Bajos para el momento del parto, pues en las zonas rurales de Eritrea lo habitual es dar a luz en casa con la ayuda de una vecina con experiencia pero sin estudios médicos.
Ampliación a todo el país
Cuando la pandemia de COVID-19 obligó a prestar el servicio en línea, se constató que la iniciativa podía llegar a otros municipios de los Países Bajos aparte de Ámsterdam. Se ofrecen 10 sesiones en línea antes del parto para ayudar a las familias a prepararse, y otras 15 después del nacimiento. Se abordan temas como los comportamientos saludables, la elección del modo de dar a luz y de aliviar el dolor durante el parto, el cuidado del bebé, la forma de solicitar servicios, y la creación de contactos sociales y redes de ayuda.
En abril de 2022, habían participado en estos grupos 219 mujeres de 72 municipios, y muchas aseguraban que les resultaba más fácil asistir a los encuentros en línea que acudir a reuniones presenciales, pues de esta forma no tenían que desplazarse ni organizar el cuidado de sus hijos.
Posibilidades de seguir ampliando la escala de la iniciativa
El modelo tiene un potencial considerable para llegar aún más lejos. Podría ayudar a escala internacional a mujeres eritreas y de otros países, incluidas las que se encuentran en campos de refugiados. También podría modificarse para ayudar a otras migrantes vulnerables presentes en los Países Bajos; de hecho, ahora se está adaptando para las refugiadas ucranianas. Con el modelo en línea, para las facilitadoras es muy sencillo mostrar imágenes y vídeos, así como ver las casas de las participantes.
Fotografía: Cortesía de Caro Bonink
Aunque no todos los servicios médicos se pueden prestar en línea (hay consultas en las que aún es necesaria la presencia física de una matrona), la tecnología hace que cada vez sea más amplio el ámbito de lo que se puede auto diagnosticar y tratar a distancia. Actualmente hay más de 75 organizaciones en los Países Bajos que derivan a mujeres eritreas a este servicio.
