A causa de los recientes conflictos en la región árabe, en particular la guerra de Siria, millones de personas se han refugiado en los países vecinos o han tenido que desplazarse a otros puntos dentro de las fronteras nacionales. La ayuda humanitaria prioriza necesidades urgentes como la alimentación, el refugio y los servicios médicos, pero aparte de eso las familias no suelen recibir ningún tipo de apoyo a largo plazo para cuidar bien a los niños pequeños. Para suplir esta carencia, se va a ampliar la escala del programa de salud, aprendizaje temprano y protección para padres y madres (Health, Early learning and Protection Parenting Programme, HEPPP), una vez evaluado un proyecto piloto recientemente probado en el Líbano y Jordania.

La historia del HEPPP empieza con años de trabajo de Arab Resource Collective (ARC) sobre los conceptos y principios del desarrollo de la primera infancia,
y buenas prácticas como la inclusión y el papel del juego en el aprendizaje. Durante sus tres décadas de trayectoria, ARC ha conseguido introducir en el discurso árabe un enfoque holístico e integrado de la primera infancia. Ahora ARC organiza la Red Árabe por el Desarrollo de la Primera Infancia (ANECD), entre cuyos miembros se encuentran funcionarios ministeriales, académicos, ONG, expertos y profesionales de toda la región.

“Holístico” significa que se ve al niño como una entidad unificada, mientras que “integrado” se refiere al hecho de satisfacer las necesidades de los pequeños de manera coherente. El enfoque holístico e integrado de ARC se basa en principios de ecología infantil, psicología del desarrollo y derechos de la infancia, como que las capacidades físicas, emocionales, cognitivas y sociales, entre otras, se desarrollan como un todo interrelacionado; que la infancia es una fase completa del desarrollo en sí misma; y que, si bien el desarrollo sigue una secuencia conocida, el ritmo al que tiene lugar varía de un niño a otro.

Este enfoque holístico e integrado se recogió en el manual Adults and Children Learning, publicado en árabe en 2002. Durante los siguientes años, el programa de desarrollo de la primera infancia de ARC siguió elaborando otros recursos de formación en árabe para padres y trabajadores de este ámbito, ya fueran traducidos y adaptados o bien creados desde cero por profesionales y equipos locales, y se pusieron a prueba mediante la capacitación directa con los beneficiarios.

HEPPP: implicación de padres y madres juntos

Las primeras pruebas del programa HEPPP, que ha sido desarrollado por un equipo de expertos en primera infancia, académicos y profesionales del sector egipcios, palestinos y libaneses, se realizaron en centros comunitarios del Líbano y Egipto entre 2012 y 2014. Los padres y las madres siguieron juntos la formación, como unidad familiar. Se dividió a los progenitores participantes en dos grupos según la edad de los niños: uno abarcaba desde la gestación hasta los 3 años de edad; el otro, desde los 4 hasta los 6 años.

La fase piloto consistió en una serie estructurada de 15 sesiones de formación interactivas semanales, de entre dos y tres horas cada una, sobre diversos temas: embarazo; lactancia; nutrición equilibrada; indicadores y problemas nutricionales; higiene personal (incluida la tarea de enseñar al niño a ir al baño); seguridad y accidentes; inmunización, infecciones y enfermedades; equidad e inclusión; comunicación entre el padre y la madre; comunicación con otros progenitores; refuerzo del comportamiento positivo; “cada niño tiene un tipo de inteligencia: ¿cuál es la de su hijo?”; juegos; pensamiento crítico, aprendizaje y competencias basadas en la investigación; y preparación para la guardería, el jardín de infancia y la escuela.

El conjunto de estas sesiones proporciona un marco de conceptos, competencias y ejercicios para aumentar las nociones de los padres sobre la importancia de los primeros años de vida; favorecer una crianza holística e inclusiva; fomentar el respeto a la diversidad en cuanto al potencial, las competencias y el ritmo
de desarrollo de cada niño; desarrollar buenas prácticas en materia de salud, nutrición, aprendizaje temprano y gestión de riesgos; promover las prácticas positivas de cuidado infantil, minimizar el estrés y evitar la violencia; reforzar la influencia de la comunidad en la salud, la educación y la seguridad de los niños; y capacitar a los padres para que se conviertan en modelos de referencia y para que las familias se ayuden unas a otras.

HEPPP es una propuesta innovadora en la región árabe porque:

  • adopta un enfoque holístico, integrado e inclusivo que abarca la salud, la nutrición, el aprendizaje temprano, el bienestar social y la protección física de manera coherente e interactiva
  • se ocupa de toda la fase de la primera infancia, desde antes del nacimiento hasta los 6 años de edad
  • afronta el desafío de implicar a los padres y las madres juntos, como
    principales cuidadores y educadores de sus hijos
  • integra los objetivos estratégicos de la detección, intervención y
    estimulación tempranas.

Parte del plan supone ampliar la implementación con un sistema “de progenitor a progenitor”. Para ello, se contratará a una serie de parejas ya formadas (que se denominarán sanad), a las que se enseñará las competencias necesarias para que intervengan como facilitadoras, con lo que además de recibir una pequeña remuneración por su labor, se sentirán valoradas. De este modo, la cantidad de beneficiarios aumentará y el coste unitario disminuirá de manera exponencial tras varios ciclos de implementación.

Lo que aprendimos gracias a las experiencias semanales y las conversaciones con las familias de la fase piloto se sumó a un estudio que evaluó la eficacia
del HEPPP mediante cuestionarios previos y posteriores a la ejecución, grupos focales con padres y madres, e informes presentados por los formadores. La evaluación reveló un impacto evidente en las nociones, las prácticas y las actitudes de los participantes con relación a la mayoría de los temas. Asimismo, detectó varias formas de mejorar el programa, como iniciar cada sesión con
un debate en el que participaran todas las familias antes de dividirlas según la edad de sus hijos, y garantizar que en cada grupo de trabajo los formadores fuesen un hombre y una mujer, para dar un ejemplo de igualdad entre sexos a las parejas participantes.

Adaptación para trabajar con familias refugiadas

Mientras tanto, la crisis de los refugiados que afecta a la región dejó claro que había que adaptar el HEPPP también para las familias refugiadas o desplazadas dentro de su propio país, así como a las personas más vulnerables de las comunidades anfitrionas. En colaboración con sus contrapartes, ARC añadió cinco sesiones más para abarcar también el cuidado psicosocial y el apoyo para los cuidadores. Se ampliaron así los temas tratados hasta entonces con otros nuevos: bienestar y salud mental, depresión, luto, trastornos psicosomáticos y violencia.

Otro cambio necesario en el contexto de los refugiados fue abrir el programa a las familias monoparentales y a los miembros de la familia ampliada que se ocupasen del cuidado de los niños. Cuando estaban disponibles tanto el padre como la madre, la cultura dominante dificultaba que ambos se implicaran como pareja, pero se ha comprobado que es factible y que mejora la adquisición de patrones positivos en lo que se refiere a la igualdad entre sexos y a la crianza atenta a las necesidades de los pequeños.

La primera ronda de implementación con familias refugiadas tuvo lugar entre 2016 y 2018 en el Líbano (con la colaboración de dos ONG: Women Programs Association y Baraeem (Buds) Association) y Jordania (con Plan International). Participaron refugiados sirios y palestinos procedentes de Siria, así como familias de comunidades anfitrionas desfavorecidas del Líbano y Jordania, que cada vez son más vulnerables debido a la afluencia de refugiados.

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Photo: Arab Resource Collective

En total, se formó a 110 progenitores durante la primera fase del programa: 70 de ellos repartidos en cuatro grupos de dos centros del Líbano, y 40 en dos grupos de un mismo centro de Jordania. De ellos, se seleccionó a 12 participantes ya formados para que se convirtieran en sanads (ocho en el Líbano y cuatro en Jordania) y se les enseñó una serie de competencias básicas de facilitación. En una segunda fase, estos formaron a 120 nuevos participantes con un sistema “de progenitor a progenitor”.

Se ha llevado a cabo una evaluación en tres partes de cada fase. En primer
lugar, se pidió a las familias que rellenaran un cuestionario para recopilar datos cuantitativos sobre cuatro variables: el estado de salud mental reciente de los padres y madres (según el índice de bienestar OMS-5 de la Organización Mundial de la Salud), sus niveles de estrés (según el índice de estrés parental o PSI), el estilo de disciplina que adoptan con sus hijos (según el cuestionario sobre el estilo de disciplina o DSQ) y el comportamiento y la conducta emocional del niño (según el cuestionario SDQ sobre los puntos fuertes y las dificultades en cuanto al estado socioemocional). En segundo lugar, se entablaron dos debates (uno antes de la implementación y otro después) con los participantes para obtener datos cualitativos más detallados sobre los cambios experimentados en sus conocimientos y sus prácticas.

Por último, para comprobar si existían diferencias en las variables de los distintos grupos, se utilizó un “índice de fidelidad” que determinaba si los mensajes clave del proyecto se estaban transmitiendo del mismo modo a todos los participantes. En general, la evaluación comprueba la eficacia del sistema HEPPP mediante la medición del impacto que tiene en varios aspectos de los conocimientos, actitudes y prácticas de las familias participantes. En el momento de escribir este artículo, los datos se están recopilando y preparando para su análisis.

Planes para el futuro

Según los resultados de la evaluación, el equipo de ARC volverá a estudiar el programa HEPPP en busca de áreas susceptibles de mejora en cuanto al contenido, la metodología y las formas de prestar el servicio. Asimismo, explorará formas de perfeccionar los instrumentos de investigación: por ejemplo, para que se realice una evaluación cuantitativa de las madres y los padres por separado, una evaluación más cuantitativa del desarrollo de los niños mediante cuestionarios ASQ de edades y fases, y una evaluación del índice de retención.

En cualquier caso, el valor del programa HEPPP ya ha quedado lo suficientemente claro como para que más donantes hayan ofrecido su apoyo a ARC para ampliar el alcance. La ANECD será un vehículo perfecto para promover esta ampliación de escala entre más países árabes, lo que permitirá llegar a refugiados de más lugares y crear una masa crítica de familias comprometidas con el enfoque del HEPPP.

Se pueden consultar referencias en la versión en PDF del artículo.

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